martes, 13 de abril de 2010

Cómo mueren las relaciones de pareja

Rolando Oviedo Rodríguez
Multiversity & Meditation

En cualquier relación de pareja, es difícil que alguno de los dos exprese su opinión en voz alta sin que le cuestione. A veces, las parejas piden la opinión de sus familiares y amigos más cercanos para resolver sus asuntos, y sólo raramente para hablar de propuestas estratégicas. Cuando lo hacen, suele ser por sus normas familiares o como gesto de deferencia a sus parejas, pero No es Común que una pareja haga una reflexión profunda sobre sus asuntos a resolver.
Una de las causas más frecuentes es que algunos hombres o mujeres se sienten amenazados en su imagen paterna o materna. A menudo tienen la falsa concepción de que una idea para mejorar, conlleva una crítica implícita hacia él o hacia ella. Todos suele aplaudir decididamente las ideas de los padres (aunque sean completamente descabelladas), se muestran escépticos con las ideas de sus iguales (no interesa que uno destaque más que el otro), y descarta automáticamente las ideas que considera inferiores como lo serian la esposa y los hijos (o, peor aún, se las apropia).
Otra de las causas suele ser la dejadez o la falta de involucración con la familia. Un jefe de familia es por definición un hombre o mujer ocupado, y no tiene tiempo de pararse a pensar o a investigar una idea que le puede suponer mucho más trabajo. Es más sencillo seguir solucionando los problemas que se van acumulando sobre su cama, sin preocuparse demasiado qué los está causando o de lo que suceda en el resto de la familia, el llamado apaga-incendios. Un jefe de familia no debe olvidar que su principal tarea, por encima de mantener integrada a la familia, es la (re)organización de la misma.
En ocasiones la familia se encuentra en una inercia negativa que es muy difícil de cambiar. Todo el mundo sabe que ya se están ahogando, pero esperan a que se hunda para decir “se veía venir” “ya lo sabia” o el clásico “te lo dije”. Keynes dice que es más fácil equivocarse junto a los demás, que enfrentarse a la multitud y decir la verdad.
Podría describir una reunión con padres de familia, en la que identificaron más de treinta asuntos a resolver. Se eligieron 10, sobre las que se emprendieron acciones, que al cabo de los 2 y medio meses reportaron beneficios, como: convivencia, comunicación, integración, respeto, armonía, interdependencia, muestras de afecto, participación, entre otros. Cuando les pregunte desde cuando conocían de la existencia de esos tensas situaciones, respondieron “Entre dos y cinco años, todos lo sabíamos”.
A menudo, son los hijos quienes mejor conocen la dinámica diaria y quienes mejor pueden identificar problemas, mientras que los padres que están ocupados en proveer, se hallan completamente aislados de lo que ocurre en la familia. Esto suele ocurrir porque los engranajes familiares, los integrantes de la familia, no están transmitiendo adecuadamente la información.
Frases que matan las relaciones de pareja
Ente 1989 y 1995 acuñé una lista de sencillas frases capaces de acabar de un plumazo con cualquier relación. ¿Quien no ha oído alguna vez una sola de estas frases?.
Mira como te pones, en la noche lo discutimos, ya vas a empezar, igualita a tu madre, verdad que si, es que no me escuchas, sólo lo que tu dices es importante, invalidas mi autoridad por eso no me toman en serio, ni se te ocurra decir eso, eso no me corresponde, no es mi culpa…
1. En nuestro caso es diferente.
2. Ya lo hemos intentado antes.
3. Cuesta mucho.
4. No es mi responsabilidad.
5. Estamos demasiado ocupados para eso.
6. No tenemos tiempo.
7. No tenemos la ayuda de nuestros padres o hijos para hacerlo.
8. Es un cambio demasiado radical.
9. A tus padres no les va a gustar.
10. Va en contra de nuestras tradiciones en familia.
11. Nuestros padres y amigos van a protestar.
12. Eso aumentará el problema.
13. No tenemos permiso, habría que pedir la opinión de nuestros padres.
14. Seamos realistas, eso es un sueño.
15. No es nuestro problema.
16. No me gusta la idea.
17. No digo que no sea así, pero…
18. Vas adelantado dos años a tu tiempo.
19. Ahora no es el momento.
20. No está en el presupuesto.
21. A mi no me vas a enseñar nada nuevo.
22. Bien pensado, pero no es práctico.
23. Pensémoslo mejor.
24. Seremos el hazme reír de la familia, los amigos.
25. Otra vez con eso no… ya te dije que no
26. ¿De dónde has sacado eso?
27. Nos hemos arreglado perfectamente hasta ahora.
28. En mi familia nunca se ha intentado, ni lo haremos nosotros.
29. Pongamos eso como idea, una idea no muy importante.
30. Hagamos un reunión donde cada quien exponga en lo que no esta de acuerdo.
31. En nuestro caso eso no funcionaría.
32. Nuestros padres nunca lo aprobará.
33. No encuentro la relación.
34. Mejor consultarlo con la almohada.
35. No se puede hacer.
36. Es demasiado problema cambiar.
37. No da beneficios por sí solo.
38. Es imposible.
39. Conozco una persona que lo intentó y se divorció.
40. Siempre lo hemos hecho así.
41. A la larga perderíamos amigos y hasta dinero.
42. No tentemos a la suerte.
43. Esto es lo que se puede esperar de un matrimonio joven.
44. ¿Alguien lo ha intentado antes?.
45. Pensémoslo más detenidamente.
46. Tenemos que rendir cuentas a los abuelos, tío, amigos.
47. No sueñes.
48. Si no estamos tan mal no es necesario arreglarlo.
49. Demasiado bonito para ser verdad.
50. Es demasiado compromiso.
51. Esto suena a una fumada, no va a resolver nada.
¿Y qué puedo hacer yo para que mi familia ponga más de su parte?.
En primer lugar, es muy importante que cada miembro de la familia tenga la plena confianza de que no va a sufrir represalias por comunicar lo que puede observar o proponer alguna idea. Ya sea por parte de sus hermanos y padres, de los abuelos, o de otros involucrados. Se requiere estar abierto para recibir propuestas aunque vayan en contra de mis zonas de confort o de mi autoridad.
En una ocasión hice unos carteles con varias ideas como sugerencias dentro de la casa. Con la intención de involucrar mas a nuestros hijos en apoyar las necesidades de la casa. Es necesario que las ideas permeen varias capas de la familia, ya que diferentes puntos de vista siempre pueden enriquecer una idea.
En segundo lugar, anime a cada miembro de la familia para que expusiese sus ideas en una presentación a toda la familia, ¿por qué no?. Tal vez detrás de un de los miembros de la familia exista un gran potencial desperdiciado, por simple timidez o porque no le hemos dado la oportunidad. Todo el mundo debería tener los 15 minutos de gloria de los que hablaba Warhol.
Por último, y no menos importante, para involucrarlos hay que hacerlos partícipes en cierta medida de los beneficios que sus ideas le han generado en el contexto familiar.
Lo que puedo observar acerca del tema, es que siempre es favorable exponer tus ideas aún que vayan en contra de tu comodidad, proponer, prometer, pedir y acordar es comprometerse. Es imprescindible tomar acciones que favorezcan el contexto familiar. Quien se involucra, presenta ideas consistentes, y aporta más de lo que la familia le exige, siempre se obtiene un beneficio general a mediano o largo plazo.