sábado, 16 de abril de 2011

Naturaleza y Potencialidad de los Chakras



Buscar y preguntar son dos asuntos diferentes, La realidad, el que pregunta no busca. Son dos cosas contrarias. El que pide, evita buscar, pregunta y queda condicionado a la verdad del otro. El que busca se enfrenta a los obstáculos dentro de si mismo, que lo irán fortaleciendo en su crecimiento interior. Habrá que explicar cuales son los obstáculos y como pueden trascenderse.
Los chakras son siete centros de energía, conectados de una forma especial con su cuerpo correspondiente. El mûlãdhãra chakra del cuerpo físico. Es el primer chakra y esta en completa conexión con el cuerpo físico. El mûlãdhãra chakra tiene dos posibilidades. La primera función es natural y nos es dada de nacimiento; la segunda función se puede obtener a través de la meditación.
La posibilidad natural básica de este chakra y su cuerpo es el apremio sexual del cuerpo físico. La primera cuestión que surge en la mente del buscador es: ¿Qué puedo hacer respecto a este principio básico? En este chakra existe la segunda posibilidad que es el brahmacharya, el celibato, que se puede alcanzar mediante la meditación. El sexo es la posibilidad natural, y el brahmacharya es su transformación. Cuanto más enfocada y atrapada este la mente en el deseo sexual más le costará alcanzar su máxima potencialidad de brahmacharya.
Esto significa que podemos utilizar la situación que nos es dada por la naturaleza de dos formas. Podemos vivir dentro de la condición que nos ha puesto la existencia –entonces, el proceso de crecimiento espiritual no podrá comenzar--, o podemos transformar este estado. El único peligro en el camino de la transformación es que existe la posibilidad de que empecemos a luchar con nuestro centro natural. ¿Cuál es el verdadero peligro en el camino del buscador? El primer obstáculo es que si el meditador se entrega al orden natural de las cosas no alcanzará la posibilidad máxima de su cuerpo físico y se estancará en el punto de partida. Por una parte existe la necesidad; por otra existe una represión que provoca en el meditador un conflicto con un apremio sexual. La represión es un obstáculo en el camino de la meditación. Es el obstáculo del primer chakra. La transformación no puede suceder si hay represión.
Si la represión es el obstáculo, la comprensión resolverá el asunto. En cuanto comienzas a entender al sexo, tiene lugar dentro de ti una transformación. El motivo es que en nuestro interior están dormidos e inconscientes todos los elementos de la naturaleza, cuando nos hacemos conscientes de ellos comienza la trasformación. La consciencia es la alquimia. Cuando una persona se hace consciente de sus deseos sexuales con todos los sentidos y lo comprende, dentro de el empezara a surgir el brahmacharya en lugar del sexo. Será casi imposible trabajar sobre las posibilidades de los otros chakras a menos que la persona alcance el brahmacharya en su primer cuerpo.
El segundo cuerpo, es el cuerpo emocional o etéreo. Este cuerpo esta conectado con el segundo chakra, el svãdhishthãna. Éste también tiene dos posibilidades. Básicamente su potencialidad es el miedo, el odio, la rabia y la violencia. Son condiciones que se obtienen del potencial natural del chakra svãdhishthãna. Si la persona se estanca en este cuerpo, entonces las condiciones de transformación directamente opuestas, el amor, la compasión, el valor y la amistad, no tendrán lugar. Los obstáculos del camino del meditador son el odio, la rabia y al violencia, y se busca transformarlos.
Aquí se vuelve a cometer el mismo error. Una persona puede dar rienda suelta a su enfado; otra puede reprimirlo. Una persona puede ser miedosa; otra puede reprimir su miedo y hacer alarde de su valor. Pero nada de esto te conducirá a la transformación. Cuando hay miedo hay que aceptarlo, no sirve de nada reprimirlo o simularlo. Si hay violencia en nuestro interior no vale de nada cubrirla con el manto de la no violencia. Gritar consignas de no violencia no provocará ningún cambio en el estado de nuestra violencia interior. Sigue siendo violencia. Es una condición que nos impone la naturaleza del segundo cuerpo. Tiene su utilidad, del mismo modo que el sexo tiene un significado. A través del sexo pueden nacer otros cuerpos físicos. Antes de que muera un cuerpo físico, la naturaleza ha previsto el nacimiento de otro.
El miedo, la violencia y la rabia son necesarios en el segundo plano; si no, el ser humano no sobreviviría, no se podría proteger. El miedo le protege, la rabia le implica en la lucha contra otros y la violencia le ayuda a salvarse de la violencia de otros. Son cualidades del segundo cuerpo y son necesarias para sobrevivir, pero generalmente nos detenemos aquí no seguimos adelante. Si una persona entiende la naturaleza del miedo alcanzará la valentía, y si entiende la naturaleza de la violencia alcanzará la no violencia. De una forma similar, entiendo la rabia, desarrollamos la cualidad de perdonar.
De hecho, la rabia es una cara de la moneda y el perdón es la otra. Cada una se esconde tras la otra, pero hay que dar la vuelta a la moneda. Si llegamos a conocer una cara de la moneda perfectamente, naturalmente tendremos la curiosidad de saber qué hay en la otra cara, y así la moneda se da la vuelta. Si escondemos la moneda y fingimos que no tenemos miedo ni violencia dentro, nunca seremos capaces de conocer la valentía y la no violencia. Quien acepta la existencia del miedo en su interior y lo investiga a fondo pronto alcanzará un punto en el que querrá saber que hay detrás del miedo. Su curiosidad le animará a mirar el otro lado de la moneda.
En cuanto gira la moneda, pierde el miedo. Paralelamente, la violencia se convertirá en compasión. Estas son las características del segundo cuerpo. En consecuencia, el meditador tiene que llevar a cabo una transformación de las cualidades que ha recibido de la naturaleza. Y para esto no es necesario ir preguntándole a los demás; hay que buscar y preguntárselo a uno mismo. Todos sabemos que la rabia y el miedo son impedimentos, porque ¿cómo puede ser que un cobarde busque la verdad? Irá mendingando la verdad; deseará  que alguien se la dé sin tener que entrar en terrenos desconocidos.
El tercer cuerpo es el astral y manipura chakra. También tiene dos dimensiones. En primer lugar, el cuerpo gira en torno a la duda y el pensamiento. La duda y el pensamiento son sus dos formas. El resultado es que la duda se transforme en confianza. Pero ten presente esto, la confianza no es lo opuesto o contrario a la duda. La confianza es la forma más pura y el desarrollo máximo de la duda, donde la duda empieza a dudar de si misma y por si misma desaparece.
Si se transforman, la duda se convierte en confianza y el pensamiento se convierte en vivek, atención. Si reprimes las dudas nunca alcanzarás shraddha, confianza, aunque se nos aconseja reprimir las dudas y creer en lo que escuchamos. Quien reprime sus dudas nunca alcanzará la confianza porque la duda seguirá estando presente en nuestro interior aunque reprimida. Se deslizará por dentro como un cáncer y acabará con tu vitalidad. Las creencias se imponen por el miedo al escepticismo. Tendremos que entender la cualidad del miedo, tendremos que vivirlo y cargar con él. Entonces, un día llegaremos al punto que empezaremos a tener dudas sobre la propia duda. En cuanto empezamos a dudar de la duda. Entonces nace la confianza.
No podemos tener la claridad y discernimiento si no vamos a través del proceso del pensamiento. Hay gente que no piensa, y gente que les anima a que no piensen. Dicen: «No pienses; abandona todos los pensamientos.» Aquel que deja de pensar aterriza en la ignorancia y la fe ciega. Esto no es claridad. El poder del discernimiento se obtiene sólo después de pasar por los procesos de pensamiento más sutiles. ¿Cuál es el significado de vivek, discernir? La duda siempre está presente en todos los pensamientos. Siempre hay indecisión. Por tanto, quienes piensan mucho nunca llegan a tomar una elección. Sólo pueden elegir si se salen de la rueda de los pensamientos. La elección proviene de un estado de claridad que está más allá de los pensamientos.
Los pensamientos no tienen conexión con la elección. Quien está absorto en pensamientos nunca podrá elegir. Por eso sucede, invariablemente, que aquellos cuyas vidas no están dominadas por los pensamientos son muy arrojados, mientras que los que piensan mucho carecen de arrojo, viven preocupados. Los dos entrañan peligro. Los que no piensan continúan y hacen lo que las circunstancias les establezcan, por el simple hecho de que no tienen un proceso de pensamiento que les provoque dudas y cuestionamientos.
Los dogmáticos y los fanáticos del mundo son gente muy activa y enérgica; para ellos no se trata de dudas…¡nunca piensan! Si se fundamenta en que sus creencias, tradiciones, hábitos y costumbre los llevarán al cielo, no descansaran hasta que hayan impuesto sus razones a otras personas. Nunca se paran a pensar lo que están haciendo, de modo que nunca hay indecisión por su parte. Un ser humano que piensa, por el contrario, seguirá pensando y lo discernirá antes de tomar una elección o de llegar a una razón absoluta.
Si cerramos las puertas por miedo a los pensamientos nos quedaremos solo con la fe ciega. Esto es muy peligroso y un gran obstáculo en el camino del meditador. Se necesita prudencia vigilante y pensamientos claros definidos para tomar una elección. Este es el significado de vivek: claridad, vigilancia. Significa que el poder del pensamiento es completo. Significa que hemos discernido los pensamientos con tanto detalle que se han aclarado todas las dudas. Ahora lo que queda es elección pura en esencia.
El cuarto plano es el cuerpo mental o la psique, y se encuentra conectado con el chakra anahata. Las cualidades naturales de este plano son la imaginación y los sueños. Esto es lo que siempre hace la mente: imaginar y soñar. Por la noche sueña y por el día ensueña. Si la imaginación se ha desarrollado totalmente, hasta su máxima capacidad, de una forma completa, se convertirá en determinación, voluntad. Si el sueño se desarrolla completamente se transforma en visión, visión psíquica. Si la habilidad de soñar de una  persona se ha desarrollado plenamente, solo tiene que cerrar los ojos para ver cosas. Entonces podrá ver a través de las cosas. Al principio, sueña que esta viendo a través de las cosas; más tarde realmente podrá ver a través de  las cosas. Ahora solo puede adivinar lo que estas pensando, pero después de la transformación podrá ver lo que piensas. Visión significa ver y oír cosas sin usar los órganos sensoriales habituales. Las limitaciones del tiempo y el espacio ya no existen para alguien que ha desarrollado la visión.
En los sueños puedes viajar a tierras lejanas. Si estas en Bombay puedes ir a Calcuta. En la visión también puedes viajar en el espacio,  pero hay una diferencia: en los sueños imaginas que has estado, mientras que en la visión realmente estás. El cuarto cuerpo o  cuerpo psíquico realmente puedes estar ahí presente. Como no tenemos idea de las posibilidades fundamentales del cuarto cuerpo hemos descartado, en el mundo actual, el antiguo concepto de sueños. La experiencia antigua era que en los sueños uno de los cuerpos del hombre salía de viaje.
Actualmente, los científicos también está de acuerdo en que el cuarto cuerpo tiene muchas posibilidades psíquicas. Ahora que el hombre ha salido al espacio, la investigación en esta dirección se ha vuelto importante. El hecho sigue siendo que ha pesar de lo fiables que sean los aparatos que tiene el ser humano a su disposición no puede confiar totalmente en ellos. Si deja de funcionar el equipo de radio de una nave espacial, los astronautas perderán contacto con el mundo. No serán capaces de decirnos donde están o que ha pasado. Los científicos actuales están interesados en desarrollar la telepatía y la visión del cuarto cuerpo para evitar ese riesgo. Si los astronautas fuesen capaces de comunicarse directamente con poderes telepáticos estarían desarrollando una parte del cuarto cuerpo. Entonces sería seguro viajar por el espacio. Hay que continuar investigando y profundizando sobre este campo.
El chakra es visuddha, esta localizado en la garganta y esta conectado con el quinto cuerpo que es el espiritual, ambos están intrínsecamente relacionados. Los primeros cuatro chakras y sus cuerpos estaban divididos en dos. En el chakra visuddha y el quinto cuerpo espiritual se acaba la dualidad, quien llega aquí alcanza el equilibrio entre materia y espíritu.
La diferencia entre masculino y femenino se mantienen hasta el cuarto cuerpo; a partir de ahí se acaba. Si lo observamos de cerca, la dualidad pertenece a lo masculino y lo femenino. Cuando ya no hay distancia entre ellos, en ese preciso instante, se acaba la dualidad. El quinto cuerpo no es dual. No tiene dos posibilidades, sino sólo una.
Por eso el meditador no tiene que hacer tanto esfuerzo; por que no hay que desarrollar un contrario; uno solamente tiene que entrar. Cuando llegas al cuarto cuerpo has desarrollado tanta capacidad y fuerza que es muy fácil pasar al quinto cuerpo. ¿Cómo puedes distinguir que has pasado al quinto cuerpo? La diferencia es que si has pasado al quinto cuerpo te has liberado de tu inconsciencia. En realidad, no duermes por las noches. Es decir, duermes pero solo duerme tu cuerpo; hay alguien en tu interior que siempre está despierto. Sabes si te das la vuelta mientras duermes, o sino lo haces. Sabes si te has tapado con una manta, o sino lo has hecho. Tu consciencia no disminuye mientras duermes, está despierto las veinticuatro horas. Para alguien que no ha pasado al quinto cuerpo, su estado es precisamente lo opuesto. Cuando duerme, duerme y durante las horas que está despierto también hay una parte de él que está dormida se desenvuelve automáticamente.
La gente aparenta estar trabajando. Pero cuando vuelves a casa por la noches, el coche gira hacia la derecha y cruza la reja; pisas el freno cuando llegas a la cochera. No caigas en la ilusión de creer que eres tú en que hace todo esto. Sucede inconscientemente por la fuerza de la costumbre. Sólo en ciertos momentos, en momentos de  mucho peligro, estamos realmente alerta. Por ejemplo, si caminas por un risco y sientes que puedes caer, saltas en consciencia, el filo del risco te lleva por un instante, al quinto cuerpo. A excepción de estos pocos instantes vivimos nuestras vidas como sonámbulos.
El marido todavía no ha visto bien la cara de la mujer, y la mujer tampoco. Si el marido intenta imaginarse la cara de su mujer no será capaz de hacerlo. Las líneas de la cara se irán difuminando y no será capaz de decidir si es la misma cara que ha estado viendo en los últimos treinta años. Nunca has visto, porque para ver dentro hace falta que haya una persona iluminada.
La persona que está <> aparenta estar viendo pero en realidad no es así, porque está dormida por dentro, soñando y todo sucede en su estado de sueño. Te enojas, después dices: <>. Dices: <<¡Perdóname! No quería ser grosero, se me salió>>. Has dicho una obscenidad y tú eres el que niega la intención. El criminal siempre dice: <>. Esto demuestra que funcionamos como autómatas. Decimos lo que no queremos decir, hacemos lo que no queremos hacer.
El sueño es una condición innata antes de comenzar en el plano espiritual. El ser humano es un sonámbulo antes de llegar al quinto cuerpo, y la cualidad de este cuerpo es la de estar despierto. Por tanto, después de desarrollar el cuarto cuerpo podemos decir que el individuo es buda, el que está despierto. Buda no es el nombre de Siddharta Gautama sino el nombre que recibió después de alcanzar el quinto plano. Gautama Buda significa Gautama el que ha despertado. Su nombre siguió siendo Gautama, pero era el nombre de la persona que estaba dormida; por eso, poco a poco, pasó a ser Buda.
La diferencia sucede al alcanzar el quinto cuerpo. Antes de pasar a este cuerpo, todo lo que hacemos son actos inconscientes en los que no podemos confiar. En un momento, el hombre promete amar y apreciar a su amada toda la vida, y al instante siguiente es capaz de estrangularla. La alianza que le prometió de por vida no dura mucho. El pobre hombre no tiene la culpa. ¿Qué valor tienen las promesas que se hacen dormido? Durante el sueño puedo prometer: <>. ¿De que sirve esta promesa? Por la mañana la negaré porque sólo se trata de un sueño.
No puedes confiar en una persona dormida. Nuestro mundo es enteramente un mundo de gente dormida; por eso hay tanta confusión, tantos conflictos, tantas luchas, tanto caos. Es el resultado de gentes que están dormidas.
Hay una diferencia importante que necesitamos tener en cuenta entre el ser humano dormido y el ser humano despierto. El ser humano dormido no sabe quién es, por eso siempre está intentando demostrar a los demás que es esto o aquello. Lo intenta durante toda su vida. Intenta demostrarlo de mil maneras. A veces sube a la escalera de la política y dice «Soy así o asa». A veces construye una casa y hace ostentación de su fuerza. Intenta demostrar quien es de todas las maneras. Y en medio de estos esfuerzos, en realidad, está intentando averiguar, sin saberlo, quién es. No sabe quién es.
No encontraremos la respuesta antes de pasar al cuarto plano. El quinto cuerpo se llama cuerpo espiritual porque es donde recibes la respuesta a la pregunta «¿Quién soy yo?». La llamada del yo se detiene de una vez por todas en este plano; desaparece inmediatamente el reclamar ser alguien especial. Si  a esta persona le dices «eres tal y tal», se reirá de ti. Dejara de reclamar nada, porque ahora ya sabe. Ya no tiene que demostrar nada, porque ahora quién es él es un hecho demostrado.
Los conflictos y los problemas del individuo se acaban en el quinto plano. Pero este plano tiene sus propios riesgos. Ahora te conoces, y este conocerte te llena de tanta dicha y satisfacción que puedes ahora querer acabar aquí tu viaje. Quizá no te apetezca seguir. Hasta ahora, los riesgos eran por el dolor y la agonía, pero ahora los riesgos son por la felicidad. El quinto plano es tan dichoso que no te gustara tener que abandonarlo y seguir adelante. Por tanto, el individuo que pasa a este plano tiene que estar muy atento de no aferrarse a la dicha, para que esta no le impida seguir. Ahora la dicha es suprema y esta en la cima de su gloria; es su mayor profundidad. La persona que se ha conocido a sí misma sufre una gran transformación. Pero esto no es todo, hay que seguir adelante.
Debemos estar atentos a la dicha. Ahora nuestro esfuerzo debe ser el no perdernos en la dicha. La dicha nos arrastra hacia sí; nos ahoga; nos sumerge completamente en ella. No te sumerjas en la dicha. Debes saber que también esto es una experiencia. La felicidad era una experiencia, la desgracia era una experiencia; la dicha también es una experiencia. Mantente al margen, sé un testigo. Siempre que siga habiendo experiencias seguirá habiendo un obstáculo. No se ha alcanzado la meta final. En el estado absoluto se acaban todas las experiencias. La alegría y la tristeza llegan a su fin, y lo mismo ocurre con la dicha. Nuestro idioma, no obstante no alcanza más allá de este punto. Por eso hemos descrito a Dios como sat-chit-Ânanda, verdad-consciencia-dicha. No es la forma del ser supremo, pero es lo máximo que pueden expresar las palabras. La dicha es la expresión máxima del ser humano, de hecho, las palabras no pueden ir más allá del quinto plano. Pero podemos decir del quinto plano que: «Allí hay dicha; hay un despertar completo; allí hay realización del ser». Todo esto se puede describir.
Por tanto, no hay ningún misterio respecto a los que se detienen en el quinto plano. Su forma de hablar puede resultar muy científica por que a partir de este plano nos encontramos con el mundo del misterio. Hasta el quinto plano las cosas están muy claras. Considero que, antes o después la ciencia integrara las religiones que van hasta el quinto cuerpo, porque la ciencia será capaz de alcanzar el atman.
Cuando un buscador se dirige a este camino, busca meramente la dicha y no la verdad. Frustrado por el sufrimiento y la inquietud empieza a buscar la dicha. Quien busca la dicha, decididamente se detendrá en el quinto plano; por tanto, debo decirles que no busques la dicha, sino la verdad. Así no estarás mucho tiempo en el quinto plano.
Entonces, surge una pregunta: «Hay Ânanda; eso esta muy bien, me conozco; mucho mejor. Pero solo son las hojas y las flores. ¿Dónde están las raíces? Me conozco, estoy dichoso, eso esta bien, pero ¿De dónde procedo? ¿Dónde están mis raíces?¿De dónde he venido?¿Dónde están las profundidades de mi existencia?¿De qué océano ha surgido está ola que soy yo?».
Si buscas la verdad, continuarás después del quinto cuerpo. Desde el mismo comienzo, por tanto, debes buscar la verdad y no la dicha; si no, tu viaje hasta el quinto plano será fácil, pero te detendrás ahí. Pero  si buscas la verdad, continuaras.
El mayor obstáculo del quinto plano es la felicidad que sentimos, y más aún porque venimos de un mundo donde no hay más que sufrimiento, dolor, ansiedad y tensión. Entonces, cuando llegamos a este templo de dicha, tenemos un irresistible deseo de bailar en éxtasis, de ahogarnos y perdernos en esa dicha. Ese lugar llegará y no tendrás que perderte, sino que simplemente estarás perdido. Hay una gran diferencia entre perderse y estar perdido. En otras palabras, llegaras a un sitio en donde aunque quieras, no te salvaras. Verás como te pierdes, sin remedio. Pero aquí, en el quinto cuerpo, tu esfuerzo, tu empeño, siguen funcionando en este plano y aunque el ego esta intrínsecamente muerto el yo soy todavía persiste. Es necesario, entender la diferencia entre el ego y el yo soy.
El ego, la sensación del «yo» morirá, pero no morirá la sensación de «soy». En el «yo soy» hay dos cosas, el «yo» es el ego, y el «soy» es asmita, la sensación de ser. El «yo» muere en el quinto plano, pero el ser, el «soy» permanece. El «yo soy» seguirá estando ahí. Desde este plano, el meditador, declarará: «Hay infinitos espíritus y cada espíritu es diferente y esta separado del resto».En este plano el meditador experimentara la existencia de infinitos espíritus porque todavía tiene la sensación del ser, esta sensación del ser es lo que lo hace sentirse separado d e los demás. Si la mente esta atrapada con la búsqueda de la verdad podrás atravesar el obstáculo de la dicha, por que la dicha incesante se vuelve aburrida. Si solo suena una nota de un melodía puede volverse molesto.
Bertrand Russell dijo una vez en broma: «No me atrae la salvación, porque oigo que ahí no hay más que dicha. Es muy aburrido cuando solo hay dicha nada más. Si no hay ni trazas de infelicidad, angustia, de tensión ¿Cuánto tiempo aguantaremos la dicha?».
Estar perdido en la dicha es un riesgo del quinto plano, es muy difícil superarlo. A veces, nos puede costar varias vidas. Los primeros cuatro niveles no son tan difíciles de pasar pero el quinto es muy difícil, se necesita haber nacido muchas veces para aburrirse de la dicha, aburrirse del ser, aburrirse del atman.
Hasta el quinto cuerpo, la búsqueda se enfoca a liberarse del dolor, odio, violencia, y los deseos. Después del quinto la búsqueda se dirige a liberarnos del ser. Por eso hay dos cosas: la primera es liberarse de algo; esto es una cosa y se completa en el quinto plano. La segunda cosa es librarse del ser, y a partir de aquí comienza un nuevo mundo.
El sexto cuerpo es brahma sharir, el cuerpo cósmico y el sexto chacra es el agya chakra. Aquí hay Advaita el principio de la no dualidad. En el quinto plano se intensifica la experiencia de dicha o beatitud, mientras que en el sexto es la experiencia del ser de la existencia. Desaparece asmita el «yo soy». El quinto plano el «yo», desparece mientras que el «soy» se irá tan pronto trasciendas el quinto plano. Sentirás el «ser»; sentirás tathata, la existencia tal cual es. Ya no esta en ninguna parte la percepción de un «yo» o un «soy»; sólo permanecerá lo que es. Habrá la percepción de la realidad, del ser…; la percepción de la conciencia. Pero aquí la conciencia se ha librado de mí; ya no es mi conciencia. Es conciencia. Ya no es mi existencia; es existencia sin más.
Brahman es el obstáculo final. La ultima barrera en la búsqueda final del buscador. Sólo queda el ser, pero todavía hay que comprender el no ser. El ser se conoce, pero todavía hay que realizar el no ser; todavía falta por conocer lo que no es. Por tanto, el séptimo plano es el nirvana kaya, el cuerpo nirvánico y su sahasrãra chakra. No se puede decir nada respecto a este chakra. Como mucho podemos seguir hablando hasta el sexto chakra, y eso con mucha dificultad. Casi todo lo que digamos será erróneo.
Hasta el quinto cuerpo, la búsqueda progresa de un forma científica, todo tiene explicación. En el sexto plano el horizonte empieza a difuminarse; nada parece tener sentido. Se puede sugerir algo pero, por último, desaparece el dedo que señala, y las sugerencias dejan de existir porque ha desaparecido incluso nuestro propio ser. Brahman, el ser absoluto, se conoce desde el sexto cuerpo y el sexto chakra.
Por tanto, quienes buscan Brahman meditaran en el ãjñã chakra, que se encuentra entre los ojos. Este chakra está conectado con el cuerpo cósmico. Quienes trabajan a fondo sobre este chakra empezarán a llamar tercer ojo a la vasta expansión infinita de lo que son testigos. Desde este tercer ojo podrán ver lo cósmico, lo infinito.
Todavía queda un último viaje, el viaje hacia el no ser, hacia la no existencia. La existencia sólo es la mitad de la historia; también esta la no existencia. La luz existe, pero en la otra cara está la oscuridad. La vida es una parte, pero también está la muerte. Por tanto es necesario que conozcas el resto, la no existencia, el vacío, porque la verdad absoluta sólo se puede conocer cuando conoces ambos: la existencia y la no existencia. Conoces el ser y el no ser en su totalidad: entonces el conocimiento será completo. La existencia se conoce totalmente, y la no existencia también, si no, nuestra experiencia será incompleta. Brahma gyan todavía es imperfecto, ya que no ha sido capaz de conocer el no ser. Por eso el brahma gyan niega que haya algo como la no existencia y dice que es una ilusión. Dice que no existe. Dice que la verdad es ser, y no ser es una falsedad. No existe nada parecido; por tanto, no se plantea la cuestión de conocerlo.
Nirvana kaya significa el shunya kaya, el vacío desde el que saltamos del ser al no ser. En el cuerpo cósmico sigue habiendo algo que no conocemos. También tenemos que conocerlo: qué es no ser, que es borrarnos completamente. En cierto sentido, el séptimo plano es la muerte definitiva. Nirvana, como les expliqué, significa la extinción de la llama. El yo se ha extinguido. Pero ahora, siendo uno con la totalidad, volveremos a ser. Ahora somos Brahma, y también tendremos que renunciar a esto. La persona que esta lista para dar el último salto conoce la existencia y la no existencia.
Estos son lo siete cuerpos y los siete chakras, y dentro de ellos podemos encontrar los medios, así como los obstáculos. Fuera no hay obstáculos; por tanto, no tiene mucho sentido indagar a fuera. Si has ido a ver a alguien para preguntarle, entonces eres un mendigo. Entender es una cosa, mendingar es otra. Tu búsqueda requiere continuar, y requieres examinar todo lo que hayas oído o entendido. No lo conviertas en una creencia, de lo contrario, seguirás mendingando.
Me has preguntado algo; yo te doy una respuesta. Si has venido por limosna, lo pondrás dentro de tu saco y lo guardarás como un tesoro. Entonces no serás un meditador sino un mendigo. No, lo que te he dicho lo0 requieres convertir en tu búsqueda. Acelera tu búsqueda, estimúlala e incentiva tu curiosidad. Exponte a mayores dificultades, se más inquieto y provoca nuevas preguntas, entra a nueva dimensiones; se trazarán un nuevo camino de descubrimientos. Entonces no habrás aceptado limosnas sino habrás entendido lo que he dicho. Y si esto te apoya a comprenderte a ti mismo, entonces esto es buscar, no mendingar.
Sal a saber y a entender; sal a buscar. No eres el único que está buscando; hay muchos más. Hay muchas personas que han buscado; hay muchas personas que lo han alcanzado. Indaga y capta lo que ha sucedido con esas personas y también lo que no les ha sucedido; busca entender todo eso. Y mientras lo haces, no pares de buscar entenderte a ti mismo. No creas que te has realizado por entender a los demás. No te fe de sus experiencias, no les creas ciegamente. Convierte todo en una indagación. Convierte todo en preguntas y no en respuestas; así tu camino continuará. Así será tu búsqueda, no tu mendicidad.
Sólo tu búsqueda te llevara hasta el final. A medida que te introduces en ti mismo encontrarás las dos caras de cada chakra. Como te dije, uno lo recibes de la naturaleza y el otro lo tienes que descubrir. Recibes la rabia; encuentra el perdón. Recibes el sexo; desarrolla el Brahmacharya. Recibes los sueños; desarrolla la visión.
Tú búsqueda de los opuestos continuará hasta el cuarto chakra. A partir del quinto empezarás a buscar lo indivisible, lo no dual. Continúa tu búsqueda de lo que es distinto a lo que has recibido en el quinto cuerpo. Cuando alcances la dicha, busca que ha más allá de la dicha: en el sexto plano alcanzas Brahman, continúa indagando: <<¿Qué hay más allá de brahman?>> Entonces un día te detendrás en el séptimo cuerpo, donde ocurren a la vez el ser y el no ser, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte. Eso es alcanzar lo absoluto… y no tenemos forma de transmitir este estado.
Por eso, nuestras escrituras se acaban en el quinto cuerpo, o como mucho llegan hasta el sexto cuerpo. Los que tienen inclinación científica no hablan de lo que hay más allá del quinto cuerpo. La realidad cósmica, que es ilimitada e infinita, comienza ahí, pero hay místicos como los sufies que hablan de los planos que hay después del quinto. Es muy difícil hablar sobre estos planos porque hay que contradecirse constantemente. Si analizas el texto de todo lo que ha dicho un súfie dirás que esta persona está loca. A veces dice una cosa y a veces otra. Dice: <> y también dice <>. Dice: <>, y sin tener que volver a tomar aire dice <<¿cómo puedes verle? No se trata de algo que puedan ver los ojos>>. Estos místicos hacen tantas preguntas que no sabes si se las hacen a otra personas o sí mismos.
El misticismo comienza en el sexto plano. Por tanto, sabes que si una religión no tiene misticismo acaba en el quinto cuerpo. Pero el misticismo tampoco es el estado final. El estado final es el vacío, la nada. La religión que acaba con en el misticismo acaba en el sexto cuerpo. El vacío es lo último, el nihilismo es lo último, porque después ya no hay nada más que decir.
La búsqueda del advaita, de lo no dual, comienza en el quinto cuerpo. La búsqueda de los polos opuestos se acaba en el cuarto cuerpo. Las barreras están dentro de nosotros mismos y son útiles, porque estos obstáculos, al transformarse, se convierten en medios para seguir adelante.
Hay una piedra en el camino. Mientras sigas sin entenderlo, seguirá siendo un obstáculo para ti. El día que lo entiendas se convertirá en una escalera. La piedra está en el camino, mientras no la entendías gritabas- <> Cuando lo entiendes, saltas por encima de la piedra y sigues caminando, dándole gracias a la piedra con estas palabras <>. La roca bloquea el camino. ¿Qué pasará? Atraviésala y lo sabrás. Supera así la rabia; atraviésala y llega al perdón que esta en otro nivel. Supera el sexo y alcanza brahmacharya, que está en un plano totalmente distinto. Entonces, estarás agradecido al sexo y a la rabia por haber sido los escalones.
Cada piedra del camino puede ser una barrera o un medio. Depende enteramente de lo que hagas con ella. Hay una cosa segura: no luches con una piedra; si no, te romperás la cabeza y la piedra no te servirá de nada. Si luchas con la piedra, la piedra te obstruirá el camino, porque nos detenemos donde luchamos. Nos tenemos que detener al lado de la persona o cosa contra la que luchamos, no se puede pelear a distancia. Por eso, cuando alguien lucha contra el sexo, está tan implicado o más que una persona que se entrega al sexo. De hecho, muchas veces ocurre que está más cerca del sexo, porque la persona que se abandona al sexo podrá salir algún día,  podrá trascenderlo; pero las personas que luchan no podrán salir, dará vueltas y vueltas alrededor.
Si luchas contra la rabia te enfadaras. Toda tu personalidad estará repleta de rabia y todas las fibras de tu cuerpo vibrarán con ella. Emanarás rabia. Las historias que conocemos de los sabios y ascetas que se enfadan, como Durwasa, suceden porque luchan contra la rabia; entonces, sólo pueden pensar en maldecir. La personalidad de este tipo de personas se inflama. Son personas que han luchado contra las rocas y ahora están en dificultades. Se han convertido en lo mismo contra lo que pelean.
Habrás oído hablar de las muchachas celestiales que descienden del cielo en un momento para corromper a los rishis (aquel que alcanza a ver la verdad de si mismo a través de la visión interna). ¡Que extraño! Esto sólo es posible cuando el ser humano lucha contra el sexo, y no a su favor. Ha luchado tanto que se a debilitado. Entonces, el sexo se esconde en su sitio, esperando a que le fallen las fuerzas. El sexo puede desatarse en cualquier punto. Hay pocas posibilidades de que una apsara Ninfa celestial descienda de los cielos, ¿acaso han encontrado a estas muchachas para que molesten a los rishis y a los munis (Monje jainista)? Cuando se reprime el sexo con mano dura, una mujer común se convierte en un ser celestial. La mente proyecta sueños por la noche, y pensamientos durante el día, y se llena de estos pensamientos. Y así, algo que no tenia demasiado interés se vuelve fascinante.
Por eso, el buscador requiere guardarse de  la tendencia a luchar. Y hacer todo lo posible por entender, entender significa entender lo que le ha sido dado por la naturaleza. A través de lo que has recibido podrás alcanzar lo que tienes por alcanzar. Este es el punto de partida. Si sales corriendo alejándote del principio, será imposible alcanzar la meta. Si sales huyendo del sexo, ¿cómo vas a alcanzar el brahmacharya? El sexo es la puerta que te da la naturaleza y brahmacharya es la búsqueda que llevas a cabo a través de esa puerta. Si lo miras desde esta perspectiva, no tendrás necesidad de mendingar nada; entendimiento es lo único que necesitas. La existencia entera está ahí su finalidad es el entendimiento. Aprende de quien sea, escucha a quien sea, y finalmente, comprende a tu propio ser interior, que será la misma expresión divina.