lunes, 24 de febrero de 2014

TANTRA

LA TRADICIÓN TANTRA
El tantra afirma que existe una energía ilimitada situada en el sistema nervioso central y localizada en la columna vertebral de nuestro cuerpo. Si esta energía se libera, fluye ascendentemente, a lo largo de las vertebras. Al circular , pasa por los siete centros de energía, los chakras, que son los que gobiernan las diferentes funciones de nuestro cuerpo. Los chakras, son centros de la energía concentrada a través de los cuales el alma conecta con el cuerpo.
Con las técnicas de meditación adecuadas, la energía que se halla centrada en la base de
la espina (energía kundalini) puede estimularse hasta que ascienda por cada chakra a través de un canal central, disolviendo los nudos que sujetan el alma.
En una persona que no practique la apertura de los chakras, estos siete centros de energía está cerrados, y solo liberan una cantidad minúscula de corriente vibracional necesaria para seguir funcionando. La persona queda cerrada dentro de si misma y ve el exterior del mundo desde una perspectiva bastante limitada. Cuando se abren estos centros, se puede ver con una visión mucho más ilimitada. 
Cuando los siete chakras está abiertos, se experimenta una extraordinaria sensación de júbilo. Uno siente que irradia desde dentro, y se es capaz de manifestar todo lo que anhela en la vida.
Todos somos básicamente una gran energía.
El ser divino está contactado con todos los otros seres divinos. Cada una de las almas vibra en perfecta armonía con las demás. Si no reconocemos esta verdad en este plano terrenal es porque no estamos en contacto con la energía del alma de nuestro ser divino, pero nuestra misión es llegar a ella, porque no hay otro lugar a donde podamos dirigirnos para alcanzar la paz, el bienestar y la felicidad. La paz exterior se origina en la paz interior y la paz interior procede de la comprensión de que todos somos parte Divina.
Cada uno de los siete planos de poder de nuestro organismo contiene una verdad sagrada.
Esta verdad sagrada late sin cesar en nuestro interior, invitándonos a vivir de acuerdo con el uso correcto de su poder. Hemos nacido todos con un conocimiento innato de esas siete verdades que están presentes en nuestro sistema energético. Ignorar estas verdades debilita el cuerpo y el espíritu, mientras que aceptarlas aumenta la fuerza del espíritu y del cuerpo físico.
Los chakras juegan un papel importante en el camino de nuestra evolución, pues nos comunican el poder que ejercemos cuando actuamos y nos relacionamos con todo lo creado. En un primer nivel, aprenderemos a manejarnos con una identidad de grupo y con el poder que nos viene de la familia; en otros niveles aprenderemos a individualizarnos y a manejar el poder como lo hacen los adultos. Posteriormente aprenderemos a controlar nuestra mente, nuestros pensamientos y a nuestro espíritu.
Con cada elección tomada, ya sea conscientemente o circunstancialmente a la deriva, estamos dirigiendo a nuestro espíritu. Cuando el espíritu de una persona es impulsado por circunstancias, es arrojado a la deriva, esta deriva regresa a su campo energético y a su cuerpo, manteniéndolo atado y sujeto a la circunstancias. Si por el contrario el espíritu está dirigido conscientemente, el fruto regresa a su campo energético y entonces el organismo se desarrolla adecuadamente y avanza favorablemente.
Las tradiciones sostienen que dejar suelto el espíritu en este mundo físico por negatividad o miedo es una acto desleal, se antepone la voluntad personal a la voluntad suprema. Los actos realizados conscientemente crean karma favorable; los actos circunstanciales de temor o negatividad crean karma negativo, en cuyo caso uno necesita limpiar a su espíritu de ese miedo que motiva el acto de sujeción, sometimiento. Uno hace volver a su espíritu del camino equivocado al camino correcto.
Hemos de entender como se relacionan la materia y el espíritu, y como podemos sanarlo de los miedos, la rabia y los encadenamientos del pasado. La acciones de encadenarse o aferrarse a algo por temor, provoca que nuestro espíritu pierda el equilibrio de su campo energético. La energía que da vida al cuerpo y a la mente no se origina en el ADN, sino que nace de la propia Divinidad.
En las tradiciones espirituales hay tres verdades que deberemos considerar:
1.- Orientar mal el poder del espíritu personal genera consecuencias para tu cuerpo, tú vida y el universo.

2.- Todo ser humano atraviesa con una serie de dificultades que ponen a prueba su lealtad
para con su ser divino. Estas pruebas se presentan en forma de desintegraciones de su base de poder físico: la inevitable perdida de riqueza, familia, salud o poder mundano. La perdida activa una crisis de fe, que obliga a cuestionarse: ¿En que manos encomiendo mi espíritu?
Aparte de esas perdidas importantes, lo que desencadena la búsqueda de sentido más profundo y la "ascensión" espiritual suele ser un trastorno físico que produce un cataclismo personal o profesional. Todos voltean a mirar hacia arriba cuando sienten que les falta el suelo bajo los pies.
3.- Para sanar esa dirección equivocada de su espíritu, la persona ha de estar dispuesta a actuar para dejar atrás el pasado, limpiar su espíritu y volver al momento presente. "Vivir con inocencia, espontaneidad y creatividad a partir del ahora" es la instrucción básica para hacer de tu vida un instante tras instante en el momento presente.
En las tradiciones espirituales, el mundo físico proporciona el aprendizaje a nuestro espíritu a través de nuestros 7 centros de energía o chakras y estas serán las lecciones que necesitamos aprender.


7.- Sahasrara Chakra (chakra del espíritu) "Vive en el momento presente".
6.- Ajna Chakra (chakra de la mente) "Revela solamente la verdad"
5.- Vishuddha Chakra (chakra del poder de la voluntad) "Entrega incondicional a la voluntad divina"
4.- Anahata Chakra (chakra del poder sentimental) "El amor es poder divino"
3.- Manipura Chakra (chakra del poder personal) "Respétate a ti mismo"
2.- Swadhistana Chakra (chakra de las relaciones) "Respeto mutuo"
1.- Muladhara Chakra (chakra de la energía) "El Inicio, todos somos uno"















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