miércoles, 30 de mayo de 2018

Consciencia Espiritual


Práctica de la Consciencia Espiritual
Cuando nos consideramos un ser espiritual, un alma que se expresa a través del soporte del cuerpo físico, se produce un profundo y beneficioso cambio y transformación en nuestra consciencia.

Algunos pensamientos que nos permiten experimentar nuestra identidad espiritual son: Soy un alma y tengo un cuerpo. Soy un ser no físico, eterno y con la capacidad de trascender las limitaciones del mundo físico. Me expreso de diferentes maneras a través de mi cuerpo, pero tengo una existencia no limitada al mismo. Mi cuerpo está constituido por átomos y moléculas de materia, tiene una naturaleza temporal, pero no así mi ser espiritual. Mi naturaleza es eterna, soy un ser de luz espiritual, no físico. Diversas imágenes nos pueden apoyar a fortalecer la consciencia de que mi ser espiritual es distinto de este cuerpo físico.
El conductor y el cuerpo son dos aspectos diferenciados: Ser un buen conductor requiere gran atención, la habilidad de acelerar y hacer los cambios, frenar a tiempo, dirigir con precisión, a fin de estar plenamente fluyendo, transitar alegremente.
De la misma forma, a medida que nos movemos por la vida, necesitamos mantener en orden nuestras facultades mentales, físicas y espirituales. Si usamos nuestros pensamientos y sentidos de la manera correcta, nos servirán y nos llevarán a donde elijamos. Si permitimos que nos controlen, es posible que suframos accidentes.
Cuando somos conscientes de nosotros mismos como un ser divino, y nuestro cuerpo como un vehículo a través del cual experimentamos la vida, estamos en una posición privilegiada para observar y distinguir nuestras experiencias; sin identificarnos con el cuerpo. Por ejemplo, cuando usamos el sentido de la vista y observamos, podemos hacer una selección de las imágenes e informaciones que nos llegan. Podemos elegir absorber lo que nos sea de utilidad, y no registrar imágenes que nos disturben. Cuando escuchamos algo que nos impacta, podemos también estar atentos y seleccionar o cambiar lo que estamos escuchando. Así nuestro viaje a través de los sentidos se va a desarrollar tranquilamente, fluyendo de esta manera en la dirección que nosotros elegimos, en contraste cuando nuestros sentidos son atraídos hacia diferentes direcciones sacándonos del camino trazado.
Usemos nuestros sentidos de forma favorable, como el amo, de manera que nos sirvan para generar un estado de ánimo satisfactorio, que nos conduzca a la benevolencia, la verdad y la armonía, en lugar de la autocomplacencia y el conflicto. Entonces el riesgo de colisionar con otras personas no ocurrirá.
Como conductores de nuestro vehículo el cuerpo, también aprendemos a permitirnos sentir los sentimientos que se expresan a través de los ojos y de las palabras. Cuando nuestros sentimientos se mantienen a flor de piel, nos expresamos con respeto y vivacidad, favoreciendo que nuestro viaje sea gozoso, alegre.
Cuando permanecemos alertas y conscientes, nuestras acciones nos acercan a nuestra verdad y somos capaces de compartirla con aquellos que nos rodean. Cuando perdemos la consciencia aunque sea por un momento, hay peligro. Hacen erupción los pensamientos impuros y se expresa la negatividad, se plantan las semillas del conflicto, se desperdician la energía y la vida se vuelve ilusoria.
Ofrecemos ahora un pensamiento de poder creador para experimentarlo como una meditación:

“Sentado en la vacuidad, desde el punto de consciencia en el centro de mi entrecejo… atestiguo mi Ser Eterno, el Ser de Luz; Soy consciente, soy quién dirige este vehículo físico, que mi cuerpo es... Soy el Ser Consciente que Crea pensamientos de poder en la calma, la paz y la armonía de mi mente, con el entendido de que el Silencio es mi estado natural... Permito que estos pensamientos divinos que emerge de lo más profundo de mi ser consciente, se conecten con mi mente y mi cuerpo... A medida que miro al mundo, comparto esta paz... Mi mirada transmite compasión... Yo, como el Ser Divino y conductor de este vehículo soy consciente de ser el dueño de mis sentidos, sentimientos y pensamientos; elijo que las palabras que usaré serán rudamente compasivas y amorosas... Y las acciones que realizaré serán un medio para compartir el amor que estoy experimentando”    
Om Namah Shivaya


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